miércoles, 2 de septiembre de 2015

Antropomorfización y la sexualidad de los pingüinos



Antropomorfización es una palabra de trabalengua que en pocas palabras significa que los seres humanos nos gusta tratar a las cosas como si fueran humanos. O sea, ponerles ojitos a las cosas, regañar a la cama cuando te pegas en el dedito gordo, entre otras cosas. (Este video lo ejemplifica super bien) Y nos encanta. Podría pasar horas viendo todos los gifs de r/reallifedoodles. 
 
¡Gelatina feliz!
Y con los animales es igual, desde hablarles a los gatos como si nos entendieran, les ponemos disfraces o también está esa moda de los perrijos.[1] Nos encanta tratar a los animales como si fueran humanos, y mientras más lindos sean, mejor. Y los pingüinos no son excepción. Son super lindos, como personitas en traje de noche. Caminan chistoso y son felices, y cantan y bailan y no les da frío. ¿Seguros? 
 
Meseritos en traje de noche (Mary Poppins)

Resulta que estos bonitos animalitos tienen un comportamiento sexual un poco fuera de la norma. La forma de las hembras pingüinos de decir que están listas para el apareamiento es acostarse con los ojos semi cerrados. Y como tienen una época de apareamiento muy corta, la mayoría no tienen experiencia en las cosas del amor[2] y pues no saben distinguir muy bien sobre las señales de las hembras. 

Entonces, así es como hay muchas violaciones, necrofilia, y en el mejor de los casos, homosexualidad[3] entre los pingüinos. Suena feo y nos asombra, tanto así que un explorador de hace cien años los tachó de DEPRAVADOS SEXUALES a los pingüinos, y las investigaciones sobre los pobres animalitos no se hicieron tan públicas, porque cómo los científicos tan caballerosos van a estudiar a animales tan puercotes.

¡Pero los animalitos no tienen la culpa! Los del código moral son los seres humanos, no los pingüinos. Ni cuenta se han de dar que tuvieron sexo con un pingüino muertito. Ellos viven como su instinto les dice, somos los seres humanos los que los juzgamos, los que los que los queremos tratar como si fueran de nuestra misma especie. Sobre todo porque son muy bonitos.



[1] UUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUGGGGGGGGGGGGHHHHHHHHHHHHHH.
[2] Oops, ya ando antropomorfizando.
[3] Hay un bonito ejemplo en Will & Grace, donde en un capítulo Jack va a ver a una bonita pareja de pingüinos gay que se querían mucho y lo ayudan a inspirarse y dejarse querer. A veces es padre romantizar las cosas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario