miércoles, 16 de septiembre de 2015

Las sectas te dan felicidad



 Me llama mucho la atención la forma en la que se crean las sectas. ¿Cómo es posible que la cienciología tenga a tantas personas en la palma de la mano, haciéndoles creer que existe un dictador extraterrestre con naves espaciales llamado Xenu? ¿Cómo es que convencieron a los de Jonestown a tomar agua envenenada y suicidarse en bola? ¿Cómo es que hay grupos neonazis, comunas hippies que creen en el fin del mundo, o adoradores de serpientes?

Entiendo que la presión del grupo te hace hacer cosas que no quieres hacer, o a salirse de la convención social, pero desde antes de que exista esa presión grupal debe haber ganas de permanecer dentro del grupo. Entonces, ¿por qué? Es que nuestro ser social necesita de ese grupo, de ese alguien que te hace sentir seguro y que el grupo te apoyará. Funciona en todos lados, ya sea de forma positiva o negativa.

Nada dice "felicidad" como un grupo de personas que se toman de las manos y dan vueltas.
 
Dice la ciencia que para ser feliz se necesita una cierta cantidad de dinero (sobrepasándola ya no sirve de nada), pero que es más importante el contacto humano. Es muy muy importante sentirse parte de una sociedad o formar parte de un grupo de personas que piensen parecido que tú. [1]
 
Quizá también por eso la diputada Carmen Salinas se siente tan segura en su puesto y se permite siestas en plena sesión y mandar al público a “meterse sus firmas por donde les quepan”. Es que esa sensación de pertenencia es tan fuerte en ella que puede darse el privilegio de mandar lejos a tanta gente. El grupo la hace más fuerte, y eso la hace feliz.
Es por eso que la gente sigue asistiendo a las sesiones de espiritismo, o de adoctrinación religiosa, o de anarquistas, etcétera. Porque el estar con personas que los protegen les da una seguridad social que les hace felices


Integrantes de la "familia" de Manson, esperando veredicto afuera del juzgado.
 
Y así, aunque les digan que tienen que ser enterrados vivo por una noche, o que se rapen, o que deben de comer una cucharada de canela, o que hay que matar a alguien para formar parte del grupo, lo hacen, aunque ni crean en lo que les dicen. Porque es un precio pequeño a pagar, con tal de ser felices dentro del grupo, por sentirse en grupo. Por eso es que Charles Manson logró tanto. Y lo contrario pasa cuando no se sienten parte de algo. Hay gente que se siente tan fuera de la sociedad que llega a extremos, como el suicidio. 

No digo que no haya gente capaz de estar sola, conozco a muchas personas que buscan la soledad, les encanta. Pero no hay que menospreciar el sentido de comunidad, que nos hace sentir fuertes y felices, aunque sean muy extrañas las ideas que el grupo predica.



[1] Y pasa en las relaciones también: es necesario hacer que la otra persona se sienta importante e imprescindible, que las opiniones cuentan. Sentirse prioridad uno del otro.

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